sábado, 10 de mayo de 2008

Número 10


Artículos
1.- La Deuda Externa: Otra forma de saqueo y extorsión imperialista
2.- Sobre la Invasión del Sionismo y la Lucha Palestina de Liberación Nacional
3.- ¿Capitalismo Andino o Socialismo Anodino? Lo que se esconde detrás del charango.
4.- Peñalolen: El legítmo derecho a una vivienda digna
5.- Pasar de la Discusión a la Acción (Documento de discusión enviado por UNETE)

Editorial
Estamos por la revolución y no nos conformaremos con migajas Han pasado ya dos años desde que apareció el primer número de Negación de la Negación.
Dos años desde que la necesidad de crear un referente informativo, esclarecedor, político y revolucionario golpeó en nuestra voluntad de sujetos políticos para luego isponernos a plasmar sobre el papel aquella gran tarea. No nos adjudicamos, ni nos adjudicaremos nunca ser la única y auténtica voz de los revolucionarios; ello, lo deben decir en primera instancia nuestros lectores. No escribimos por autocomplacencia ni pensamos que nuestra actividad crítica sea un fin en sí mismo. Escribimos para proyectar una realidad que es necesario edificar, porque nuestra producción escrita sería estéril sin los innumerables ejemplos de lucha que libra día a día el pueblo, del cual formamos parte como una de las muchas voces y gritos que emergen desde sus insumisas entrañas. Y si pertenecemos al pueblo tampoco podemos conformarnos con migajas. A lo largo de nuestros números hemos puesto siempre de relieve la necesidad de construir más y mejores instancias de organización; asumimos que la toma del poder por parte de nuestra clase es la gran tarea que tenemos por delante y no podemos dar la espalda a tal proyecto por retrógrado que pueda parecer para mucho pseudorevolucionario, que se llama radical y autónomo por renunciar a la organización. Para nosotros, estos personajes son en verdad radicales, pero “radicales enemigos” de clase, y nuestro silencio, en este caso, sería un
signo de complicidad. Por esto, denunciamos para esclarecer y esclarecemos para negar. No sólo a aquellos que se apropian de la riqueza social, sino que también a quienes niegan a éstos
con prácticas espontáneas y pseudosubversivas. Creemos que nuestra misión es negar las falsas negaciones, de ahí que nuestro medio adquiera este tan curioso y dialéctico nombre.
Y si de dialéctica se trata, no nos sonrojamos -como lo hacen los oportunistas que parasitan hoy en día del Estado cuando hablamos de la lucha de clases. Sostenemos que la lucha de clases es una dura batalla que se da en diversos frentes.
A nosotros nos ha tocado darla por medio de la prensa y la propaganda, y no capitularemos ante nuestros enemigos. Sabemos que los canales formales de información no hacen otra cosa que reproducir con devoción la mercancía que perpetúa la servidumbre: estigmatiza toda lucha del
pueblo, criminaliza la legítima violencia de los pobres, levanta en portadas lo insignificante para esconder las necesidades de nuestra clase, banaliza la vida para adormecer la conciencia, crea
autómatas para moldearlos a la gran maquinaria del capital, castra de contenido político las demandas del pueblo delegándolas a lo“puramente social”, y todo ello no es otra cosa que la voz rampante de esta dictadura silenciada.
Esto, no debería escandalizarnos, pues es normal que quienes parasitan de la vida de la gran mayoría, se sientan a gusto con esta prensa, ya que son sus dueños, fácilmente identificables y legítimamente desdeñables.
Pero aquello que no es motivo de escándalo no por ello debe ser tolerable.
De ahí que nuestra absoluta intolerancia hacia esta prensa tolerante nos convoque a denunciarla y declararla también nuestra enemiga.
Pero no sólo de prensa oficial vive el hombre y no porque una prensa no sea oficial es necesariamente revolucionaria.
Por ello, creemos que no basta solidarizar con el pueblo explotado, ayudar a la divulgación de la protesta popular e insertarse en las poblaciones, haciendo un periodismo responsable y solidario, arengando con frases y discursos a quienes son los verdaderos protagonistas e incitando al resto de la población a sensibilizarse ante sus demandas. Un periodismo así entendido, se presentaría como consecuente, pero actuaría del mismo modo en que actúa la prensa “oficial”; satanizando lo político para santificar lo “puramente social”, creyendo que sólo desmintiendo las circunstancias creadas por medios “concertacionados” se le haría un gran favor al pueblo, esto sería a lo sumo una tibia reacción a los reaccionarios. No por desmentir un error éste se convertirá en acierto. Nosotros no podemos endiosar el dato duro sin transmitir nada que solidifique ideológicamente los acontecimientos. No buscamos la reproducción social de acontecimientos sociales, sino la aspiración política de las demandas que surgen espontáneamente en el pueblo, ya que como dijo Lenin; “El elemento espontáneo no es sino la forma embrionaria de lo consciente” Hace falta entonces un periodismo político, un periodismo que practique tanto la responsabilidad como la militancia, que entregue perspectivas ideológicas para conducir siempre más allá de aquello que se presenta como infranqueable. Que sirva de bisagra entre la protesta y la organización, que denuncie a los lobos con piel de oveja que parasitan de la opción revolucionaria, que conduzca al paredón de la crítica y la denuncia a los enemigos que se hallan en el seno del pueblo, que practique la lucha de dos líneas, pues no podemos olvidar que si queremos crecer como una opción política debemos depurarnos de los elementos nocivos que se hayan en nuestro movimiento.
Esa es la gran tarea que reafirma nuestro medio en esta nueva etapa, lo del compromiso con el pueblo explotado es un pacto de sangre y una desalienante condena.
Convirtiendo las letras en espadas, los sueños en prácticas y las prácticas en realidades, saludamos al pueblo trabajador en nuestros dos años de existencia:
COMITÉ EDITORIAL
NEGACIÓN DE LA NEGACIÓN

No hay comentarios:

 
Números de Revista © 2007 Template feito por Templates para Você